Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Alabada sea la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre.
José de Arimatea, que se había hecho discípulo de Jesús, fue a ver
a Pilatos para que le entregara el cuerpo; éste le da permiso y
entonces José tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana
limpia y lo sepultó en un sepulcro nuevo que había mandado a
cavar en la roca.
Oh Jesús, así como luego de morir resucitaste, haz que nosotros
también resucitemos y vayamos contigo al Cielo, para estar en
presencia del Padre. Amén. Gloria al Padre...
Por tu Pasión, perdón Señor piedad, si grandes son nuestras culpas,
mayor es tu Bondad.
Según las intenciones de S. S. Leon XIV, para ganar las indulgencias
concedidas a los que realicen el Vía Crucis: